Influencia de los contenidos de los medios en la sociedad

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Ensayo #1 FINAL

Miércoles 15 de mayo

Influencia de los contenidos de los medios en la sociedad

Introducción

Los medios de comunicación a lo largo del tiempo se han convertido en parte de la sociedad en todos los aspectos, económicos, políticos, sociales y culturales. Han evolucionado  y cambiado la manera de pensar de las personas y los han hecho a su imagen y semejanza.

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Los contenidos de los medios actualmente están compuestos en su mayoría por imágenes y contenidos audiovisuales, Sartori en su libro “Homo Sapiens” menciona justo esto, “(…) la televisión y el video (imagen) modifican radicalmente y empobrecen el aparato cognoscitivo del “homo sapiens”, a tal punto que anula su pensamiento y lo hace incapaz de articular ideas claras y diferentes, hasta llegar a fabricar un “proletariado intelectual”, sin ninguna consistencia.” (Sartori, 1997).

Haciendo alusión a la cita anterior, los medios han bloqueado en cierta forma la posibilidad de generar criterios propios y opiniones personales, pues ahora la sociedad en general se basa en “lo que vio en la televisión” para crear un argumento o sustentar su opinión con respecto a un concepto, he ahí el problema de no ver a los medios como un instrumento para incrementar el conocimiento si no como un todo de conocimiento, rechazando por completo el ir más allá de lo que los medios nos muestran y rechazando la idea de investigar por “propia mano” dicha información, el hombre ha olvidado que debe ser cada día más persona y menos individuo aislado, servirse del progreso y de la tecnología como instrumentos del bien, sin erigirlos como dioses.

Se debe recordar también que la sociedad se alimenta de los contenidos de los medios de comunicación y es por esto que los contenidos deben ser responsablemente sociales, pues la información que brinden alterará la manera de comunicación entre la sociedad así como la mentalidad y percepción de algún tema en específico, como por ejemplo el consumo, el cual se da en su mayoría por el contenido publicitario que los anunciantes pagan con el objetivo de obtener ingresos.

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En cuanto a la educación, Sartori arremete decididamente en contra de la televisión, ya que ella sería la primera escuela del niño, formado en la imagen y después, transformado en un hombre que no lee, cuya capacidad de abstracción y de entender se ha visto empobrecida.

 

 Desarrollo

“Nos encontramos en plena y rapidísima revolución multimedia. Un proceso que tiene numerosas ramificaciones (Internet, ordenadores personales, ciberespacio) y que, sin embargo, se caracteriza por un común denominador: tele-ver, y, como consecuencia, nuestro vídeo-vivir.” (Sartori, 1977, prefacio)

Los contenidos audiovisuales de los medios, han hecho que la sociedad vea sin entender,  que se convierta de un “homo sapiens”, producto de la cultura escrita a un “homo videns” producto de contenidos de imagen y video, destruyéndose más saber y más entendimiento del que se transmite.

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Sartori menciona que “En efecto hemos pasado, o estamos pasando, a una edad «multimedia» en la cual, como su nombre indica, los medios de comunicación son numerosos (…)” (Sartori, 1977, pág.10)

Pero la pregunta surge en ¿Cómo influyen estos contenidos en la sociedad? ¿Es verdad que la destruye, o es al contrario? Hablamos de una sociedad en general pero particularmente estos contenidos tienen un alto nivel de impacto en el consumo y en la sociedad infantil del mundo.

El consumo viene ligado completamente a la publicidad y propaganda que transmiten los medios de comunicación audiovisuales, visuales, de audio y de imprenta, siendo los anunciantes los más importantes en el medio, ya que son ellos los que invierten en el negocio y que hacen que éste genere dinero para su sustento, en pocas palabras son los que financian el medio y sus contenidos.

Los contenidos publicitarios la mayoría de las veces ofrecen una realidad simulada o virtual (en el caso del internet), realidad que de una u otra manera “engaña” o modifica el comportamiento de la sociedad para su consumo, llevándose a cabo el objetivo principal de la publicidad, el cual es generar ingresos por medio de la influencia de los contenidos, promoviendo el consumo y las ventas de servicios.

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“La televisión es un medio adecuado para el adiestramiento en el consumismo: primero se crea un deseo o necesidad, para posteriormente consumirlo. Pero, ¿qué busca en realidad la publicidad? La razón más importante, es vender lo que se anuncia, y más profundamente, busca adiestrar las actitudes hedonistas que garantizan la supervivencia del consumo. En definitiva, la publicidad busca el hacer creer al individuo que es diferente a los demás, pese a ser igual que los demás.” (Ricaurte, 2009, párr.4)

La mayoría de las veces, si no es que todas, los consumidores que a la vez son “esclavos” de los medios, se convencen de lo que el anuncio o la promoción les ofrece, llevándolos al consumo inmediato y a lo más importante, recordar constantemente la marca en su mente, dando como resultado las ventas del servicio anunciado y el consumo, consumo que más del 50% de las veces no es necesidad, es deseo de tenerlo para entrar en un estado de confort. “En algunos casos se ha pasado del consumo al consumismo, es decir, se ha pasado a una época de desenfreno por comprar bienes y servicios que, en algunos casos, se acumulan sin ninguna utilidad concreta ni necesidad por parte del consumidor, pero que se venden para que con ellos se pueda conseguir esa felicidad y confort por todos anhelados.” (Carbonell, 2008, párr. 5)

En resumen, la publicidad y los medios masivos, en los que se apoya, han sido y siguen siendo los gatillos que “disparan” a cada momento una interminable serie de mensajes destinados a inducir el consumismo, modificando así la conducta del hombre, la televisión, así como el resto de los medios de comunicación Sartori los define como que “(…) benefician y perjudican, ayudan y hacen daño. No debe ser exaltada en bloque, pero tampoco puede ser condenada indiscriminadamente.” (Sartori, 1977, pág. 13)

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“Por tanto, lo que nosotros vemos o percibimos concretamente no produce «ideas», pero se insiere en ideas (o conceptos) que lo encuadran y lo «significan». Y éste es el proceso que se atrofia cuando el horno sapiens es suplantado por el horno videns.” (Sartori, 1977, pág. 15)

Tomando en cuenta la cita anterior, es justo la relación que existe con contenidos de consumo en los medios masivos, ya que no producen nada en la sociedad pero sí insieren la idea del consumismo a pesar de que no exista una necesidad, estos contenidos hacen desear el producto y hacen creer a la mente que en verdad lo necesitamos cuando en realidad es mera estrategia publicitaria, con ayuda mediática en cuanto a la multimedia.

Como se mencionó anteriormente otro grupo de la sociedad que se ve afectado por los contenidos en los medios de comunicación son los niños, grupo social que se ve expuesto a los medios como su primera escuela, en donde todo lo que ven y escuchan es lo que repiten y creen sin ninguna duda, personajes de programas televisivos se convierten en el ejemplo a seguir y en su gran admiración, los cuales no siempre son malos ejemplos, pero sí existen aquellos que no deberían de considerarse “ejemplo a seguir”, pues la mayoría de las actitudes y conductas de los niños son copia de lo que ven en la televisión o de lo que hace su “personaje favorito”, los cuales pueden llegar a ser o a utilizar medios violentos para llevar a cabo su “acto heroico”.

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Actos de vandalismo, secuestros, violencia, asesinatos, bullying, entre otros fenómenos sociales dados en grupos infantiles, son adaptados de lo que ven en los medios, o lo que escuchan, adaptando esto a la realidad y a sus vidas cotidianas.

Sartori menciona que:

La televisión sustituye a la baby sitter (es ella la primera en encender la televisión) y, por tanto, el niño empieza a ver programas para adultos a los tres años. Según una reciente investigación del ISTAT (Istituto Centrale di Statistica), en Italia el 95 por ciento de los niños entre los tres y los diez años —son casi cuatro millones y medio— ven la televisión casi todos los días. Otros datos indican que los niños italianos entre los cuatro y los siete años ven la televisión durante dos horas y media al día (con un 19 por ciento que llega incluso a las cinco o seis horas cotidianas). En Estados Unidos la media asciende a tres horas al día para los niños que no van aún a la escuela y a cinco horas diarias para los muchachos entre seis y doce años.”  (Sartori, 1977, pág. 11)

La cita anterior es realmente preocupante, que esperamos de una sociedad infantil que se educa con los contenidos de los medios de comunicación, en vez de educarse con un libro ¿Dónde están los padres responsables? Debemos pensar en el futuro de un país mejor y para eso se necesita la educación, la televisión y el resto de los medios masivos son una herramienta para la ayuda de obtención de información, pero no es todo, ni tiene toda la información necesaria y verdadera que un niño que a penas esta aprendiendo, necesita.

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El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve (va que no posee aún capacidad de discriminación). Por el contrario, desde el otro punto de vista, el niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee, y, por tanto, la mayoría de las veces, es un ser «reblandecido por la televisión», adicto de por vida a los videojuegos.” (Sartori, 1977, pág. 11)

¿Qué pasa entonces con estos video-niños como los clasifica Sartori? Pues aparentemente “crecen” y se convierten en adultos, pero en sus mentes no existe un desarrollo como tal, pues siempre han vivido limitados con lo que ven o escuchan en los medios, “los estímulos ante los cuales responde cuando es adulto son casi exclusivamente audiovisuales. Por tanto, el vídeo-niño no crece mucho más. A los treinta años es un adulto empobrecido (…) un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia cultural.” (Sartori, 1977, pág.12)

Aquellos niños que su “adicción” es el internet, un nuevo medio de comunicación, el cual esta actualmente en todo su esplendor, son niños probablemente con una mayor posibilidad de crecimiento intelectual y de argumento, pues el internet a comparación de la televisión, por ejemplo, brinda a los usuarios un mundo más interactivo y multimedia, en donde el usuario es activo y no pasivo como aquellos “esclavos” a la televisión, siendo “(…) el televisor un instrumento monovalente que recibe imágenes con un espectador pasivo que lo mira(…)” (Sartori, 1977, pág. 17)

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Pero claro, el internet es “una arma de doble filo”, pues si no se utiliza con inteligencia, toda la interactividad y utilidad de este medio será “arrogado a la basura”.

“El problema es si Internet producirá o no un crecimiento cultural. En teoría debería ser así, pues el que busca conocimiento en Internet, lo encuentra. La cuestión es qué número de personas utilizarán Internet como instrumento de conocimiento. El obstáculo, durante este largo camino, es que el niño de tres o cuatro años se inicia con la televisión. Por tanto, cuando llega a Internet su interés cognoscitivo no está sensibilizado para la abstracción.” (Sartori, 1977, pág. 18)

El punto que Sartori menciona en la cita anterior, es muy cierto, pues el niño que ha visto la televisión durante sus primeros años y se ha visto limitado a ver sin entender e indagar más allá, simplemente llenándose de imágenes sin trasfondo ni explicación alguna, llegará al internet con el objetivo de buscar lo mismo que ha visto y escuchado toda su vida, sólo entretenimiento y pérdida de tiempo.

Así como existen los usuarios pasivos también existen los activos que sí utilizan a los medios de comunicación como un el instrumento de conocimiento que son, aunque lamentablemente es un sector muy pequeño.

“En México,  un niño ve en  promedio 2 mil horas de televisión abierta, mientras que a la escuela sólo le dedica menos de 800 horas en un año escolar (…) De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, (INEGI), los menores mexicanos ven de dos a tres horas diarias de televisión, tiempo que suele triplicarse durante las vacaciones.” (Torres, s/f, párr.1)

Finalizo este tema con la estadística anterior a manera de reflexión sobre la problemática que se enfrenta la sociedad infantil en México y en el mundo entero.

Conclusión

En conclusión, los contenidos mediáticos han evolucionado y se han desarrollado de la mano con la globalización, éstos actualmente carecen de responsabilidad social, afectando directamente sectores culturales, ideológicos, políticos y económicos, modificando la conducta de la sociedad en beneficio o no a la educación y al progreso ciudadano.

Es lamentable saber que detrás de una imagen o de un texto, hay mil personas, de las cuales su vida y sus creencias depende de lo que ven y escuchan en los medios de comunicación, limitando su conocimiento a eso nada más, resultado a la vez de la poca educación que existe en casa, problema que empieza desde la niñez, siendo irremediable en la adultez.

Se debe hacer conciencia del problema de los contenidos mediáticos, buscar soluciones para mejor el futuro de la sociedad, no volvernos en “homo videns”, defender el razonamiento con el que fuimos creados y vivir como “homo sapiens” hasta el final de nuestros días.

 

 

Bibliografía

consumismo, I. d. (26 de septiembre de 2009). Quijano, Paola Ricaurte. Recuperado el 14 de mayo de 2013, de Reflexiones acerca de los medios y la sociedad: http://mediosfera.wordpress.com/2009/09/26/influencia-de-los-medios-masivos-de-comunicacion-en-el-consumismo/ 

consumo, R. s. (15 de abril de 2008). Carbonell, Cristina. Recuperado el 14 de mayo de 2013, de Publicidad y Consumo: http://publicidadconsumo.blogspot.mx

 Sartori, G. Homo Videns, la sociedad teledirigida. Italia: Taurus.

 televisión, L. n. (s/f). Pérez, Wulfrano Torres. Recuperado el 14 de mayo de 2013, de Status: http://www.statuspuebla.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=2013&catid=52:buapenstatus&Itemid=58

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